Caro,
Francisco, Cuerpo, casa partida.
Soria, Excma. Diputación, 2014.
Este
poemario guarda un galardón más, de otros tantos que le persiguen y él rechaza
relumbrar. Su bitácora guarda memoria con los versos que agitan Madrid y su
ensanche castellano. Nos avisa, congrega y acude, aunque rara vez veo reseña de
este poeta con cierta naturaleza de historiador que ahora deja registro de
futuros.
Es un
cazador herido de luz, sus versos, que abrazan
onces y sietes, nos alcanzan y olvidamos la materia de las palabras, presas del
ritmo son más luz que tinta, inunda (o su contraria umbría) casi todos sus
poemas, quizá de ahí el título de su blog al que antes nos referimos, Mientras la luz. En Cuerpo… Paco Caro desviste su pronombre más personal para que
alumbre su encuentro con la poesía a la que no se cansa de buscar el misterio,
la magia que la forja. Esperemos que no la encuentre y siga, pues tiene alma
serena y un vino fiel le recorre por las noches.