En
el Museu Picasso de Barcelona, esta exposición se desarrolla en paralelo con
otra, Picasso Poeta, de la cual nos
ocuparemos más adelante, porque entra de lleno en las investigaciones que
llevamos haciendo sobre el lema horaciano Ut
pictura poesis. En esta nos centraremos en las colaboraciones entre Eluard
y Picasso, los poemas del primero y los dibujos o cuadros del segundo. (He de
agradecer al personal que gestiona la taquilla del Museu, que me facilitara,
muy amablemente, la entrada, por mi torpeza al no saberla gestionar por
Internet).
Aunque
se conocen desde 1924, no llegarán a tener una amistad firme hasta 1935, si
bien Eluard había comprado algunas obras de Picasso y en 1926 le había dedicado
Capitale de la doleur. Paul Eluard no
ejerció profesión habitual remunerada y pudo vivir de las inversiones
realizadas por la sociedad inmobiliaria de su padre, además debido a su
conocimiento del mercado del arte, sobrevivió, en parte, a su actividad de
marchante.
En
1926 Eluard se acerca al comunismo, depositando en el pueblo los elementos
nutricios de la poesía, influido posiblemente por El acorazado Potemkin de Serguéi Eisenstein (1925). Nusch aparecerá
en 1932 y dará otro impulso a su poesía, una vez que Gala se va con Dalí,
autoproclamado genio de la pintura. A partir de 1932 ambos colaboran en Minotaure, la revista surrealista donde
Picasso aparecerá como el animal cretense y Eluard desarrollará una historia de
la ilustración bibliográfica en “Physique de la poésie”, desde Fausto de Delacroix hasta el Retrato de Apollinarie de Picasso para
la portada de Alcools. En 1935 se
inicia una amistad sólida que recorrerá la Guerra Civil española, la Ocupación,
la Liberación y la afiliación al Partido Comunista. Comparten inquietudes
artísticas y políticas, una asociación creativa y emocional: Picasso y Dora
Maar, Paul y Nusch Eluard.
El
13 de enero de 1936, se inaugura en Barcelona una exposición con veinticuatro
cuadros, dibujos y papiers collés de
Picasso y con tal motivo se había invitado a Eluard para una serie de
conferencias sobre su obra, su alcance innovador y revolucionario. Si bien se
ciñe a esto, rápidamente pasa a la carga profética, la videncia de la obra
picassiana que él recibe como iluminación interior (“iluminación” lo toma de
Rimbaud, el primer vidente, con Picasso como desencadenante). Eluard será un
embajador itinerante de Picasso en España entre enero y febrero de 1936. Con
motivo de esas conferencias organizadas por ADLAN (Amics de l’Art Nou), Paul
Eluard leerá poemas de Picasso y pronunciará conferencias, en Barcelona,
también en el Instituto Francés de Madrid y en el Ateneo de esta ciudad,
“Picasso. Pintor y poeta”, asimismo, intervendrá Ramón Gómez de la Serna
leyendo poemas, todavía inéditos, de Picasso. A partir de ahí se irán
intercambiado obras, poemas, grabados, dibujos, acuarelas… Palabras pintadas (título de un poema de Eluard),
combinación entre imágenes y versos que aúna lo poético ampliando el sentido de
ambas, como artes que se acompañan e ilustra la amistad entre Eluard y Picasso
que llegaron a coincidir en veinticuatro publicaciones.
En
sus conferencias y numerosos escritos sobre Picasso, Eluard muestra primero un
acercamiento ferviente al pintor, posteriormente, tras el acercamiento
ideológico entre ambos, con una admiración contagiosa, Eluard va desarrollando
su pensamiento, con solemnidad y sintaxis minimalista, con profundidad y
lirismo que (le) ilumina al contemplar sus cuadros. Ya en 1926 en el libro Capitale de la douleur, aparece el poema
“Pablo Picasso” a la cabeza de ocho poemas sobre sus amigos pintores, André
Masson, Paul Klee, Max Ernst, Georges Braque, Jean Arp y Joan Miró. La
alteración que desea Eluard para el lenguaje es la que ve en la obra de
Picasso, que rompe la línea pictórica, en semejanza al rompimiento del verso
que realizó Mallarmé: “En lugar de una sola línea recta o curva, rompió miles
de líneas que encontraron en él su unidad, su verdad”. (pg. 119, Dar a ver).
En
el catálogo de la exposición, Philippe Blanc hace un recorrido por las
referencias bibliográficas clave para una bibliografía del poeta y el pintor:
“Paul Eluard colaboró con más de una treintena de artistas. Los años veinte
estuvieron marcados por su amistad con Max Ernst, pero fue Picasso quien estuvo
junto a él hasta su muerte. Paul Eluard afirmaba que se alegraba de vivir en el
siglo XX, porque así había podido conocer a Picasso” (pg. 30).
Apollinaire
le había dado a Picasso un aura sobrenatural que le convertía en un médium
entre el arte del pasado y del presente, que ya era futuro. Esto predispone a
Eluard para una glorificación constante de su amigo pintor. Una amistad que
duró unos veinte años y que se vio jaleada por la ascensión de los
totalitarismos en Europa. Contra ellos se opone la utopía eluardiana, en la
que, conquistada la igualdad social, la humanidad hablará con las palabras de
los poetas. Para Eluard escribir era transformar el lenguaje tal como había ido
leyendo en sucesión de poetas desde su infancia, su estructura de signos
arbitrarios reforzaba su idea de que la poesía era nexo de unión entre el mundo
y el ser humano; la libertad, la base desde la que se ejercía esa comunicación.
Así, nos dice Nicole Boulestreau en el catálogo de la exposición (pg. 59): “Un
tiempo en que el devenir humano se construirá mediante una comunicación nacida
de la poesía entre los hombres y el universo. La relación de amistad entre
Eluard y Picasso está impregnada de esa utopía formada en el surrealismo,
afianzada en el ideal comunista de Eluard. Sus luchas conjuntas sellan hasta la
muerte de Eluard su «sublime» amistad”.
Tras
las numerosas conferencias dadas en Barcelona, Madrid o Londres, Eluard se
convierte en su alter ego. Posteriormente
Eluard y Nusch lo frecuentan en Mougins, donde Picasso está haciendo cerámica y
él inicia su poema “À Pablo Picasso”, que lo completa en la edición de Les Yeux fertiles, que contiene unos aguafuertes
espléndidos de Picasso con retratos de Nusch, de Marie-Thérèse y de Dora Maar,
joven fotógrafa, entonces, e inspirada artista, amiga de Bataille convertida
durante cierto tiempo a la idea de una acción revolucionaria en el marco del
movimiento Contre-Attaque. Dora Maar fotografiará el proceso de creación de Guernica que para Eluard era un triunfo
del espíritu y la amenaza fascista en la que la humanidad podía perderse, la
pintura imponía eficazmente una toma de conciencia colectiva.
Tras
el estallido de la Guerra Civil española, Eluard escribirá su primer poema
político y de circunstancias, “Noviembre 1936”, publicado en L’Humanité el 17 de diciembre. Este
poema fue el detonante para Picasso y sus grabados de Sueño y mentira de Franco. Tras el bombardeo de Guernica y ver la
preparación del mural de Picasso, Eluard escribió “La Victoire de Guernica”,
poema publicado en Cahiers d’art en
1937. En principio iba a ir junto a Sueño
y mentira de Franco, pero Picasso hizo su propio poema, así que lo expuso en
gran formato en la muestra del Pabellón de la República en la Exposición
Internacional de París de 1937. Asimismo, este poema sirvió como eje del guion
que Eluard confeccionó para el documental de Alain Resnais y Robert Hessens
sobre esa pintura y que sería recitado por María Casares, actriz de enorme
repercusión en Francia e hija de Santiago Casares Quiroga, presidente del
Consejo de Ministros español en 1936.
“Noviembre
1936” también se editó en un volumen titulado Solidarité, con grabados de Picasso, Miró, Yves Tanguy, André
Masson, John Buckland Wright, Dalla Husband y de Stanley William Hayter
(editor). Picasso donó, además, un retrato de Dora Maar. Las ventas del libro
fueron para los combatientes republicanos. En ese tiempo Eluard compone un nuevo
poema comprometido “Les Vainqueurs d’hier périront”, donde la imagen de España
es más dolorosa, si cabe, y se incluiría en su poemario Au rendez-vous allemand de 1944.
En
Donner à voir (1939), su libro más
íntimo que pone bajo los auspicios de Picasso, explica su relación con la
pintura y los pintores, se compone de citas sobre el arte y poemas sobre sus
amigos pintores. Una autorreflexión sobre aforismos, profecías y diálogos
consigo mismo. En 1939 Francia declara la guerra a Alemania y al año siguiente
Francia es invadida. Picasso se convierte en un artista antifranquista exiliado
bajo la mirada atenta de la Gestapo, si bien recibe amenazas y denuncias por
alguno de sus colegas. Eluard se afilia de nuevo al Partido Comunista
clandestino e incita a la resistencia con sus proclamas como Courage y Liberté, por lo que tiene que ir de casa en casa escondiéndose. El
5 de octubre de 1944, Picasso se afilia al Partido Comunista, que Eluard
presenta en L’Humanité como una
promesa inaudita.
En
noviembre de 1946 fallece Nusch de forma fulminante y Eluard cae devastado con
un grito trágico que manifiesta en la segunda edición de Donner à voir (1948). La muerte de Nusch le hace proseguir la
acción política en la que ella se había comprometido. Asimismo, Voir (1948) en cuya portada aparece
difuminado el rostro de Nusch y en contraportada el poema “Le travail du
peintre” dedicado a Picasso, además aparecen cuadros y dibujos de unos cuarenta
amigos y su vínculo con los surrealistas de antaño.
En
1948 acude, persuadido por Eluard, al Congreso Mundial de Intelectuales por la
Paz celebrado en Breslavia (Polonia), apoyado por los comunistas, en la cual la
delegación soviética fue la más numerosa (paradójicamente en la URSS no sentían
ninguna atracción por la obra de Picasso, muy alejada de los presupuestos del
realismo social). Tras unas discusiones sobre su pintura, abandona el congreso
y Pierre Daix será guía en las ruinas del gueto de Varsovia y en los campos de exterminio
de judíos, Auschwitz y Birkenau.
Eluard
estaría dos años como delegado de la poesía francesa en Budapest, Rumanía,
México, Praga, Sofía, Moscú, Leningrado y Stalingrado. Con la esperanza que la
victoria del pueblo proletario no fuera una promesa vana. Al regresar a Francia
se da cuenta que le falta tiempo para la educación de la masa popular, su mala
educación le aparta de la verdad del arte, la educación del público es su nuevo
deber: Antología de escritos sobre el
arte.
1948
Picasso à Antibes, contiene imágenes
de obras en ejecución de Picasso con un texto breve de Eluard. En 1950, Le Visage de la paix, con emblemas de
Picasso, libro de gran formato, con leyendas de Eluard que expresan su deseo de
una paz basada en el amor de la pareja y la fraternidad universal, fiel
confianza en el futuro del ser humano. Según nos sigue diciendo Boulestreau, Eluard
trabaja arduamente en una Antología de
escritos sobre el arte en tres tomos, solo el primero se publicará en vida,
con un exergo de Karl Marx: “El arte es la mayor dicha que el hombre se da para
sí mismo” (pg. 69).
Hasta
sesenta y cinco obras de Picasso llegó a poseer Eluard, también tuvo piezas de
Max Ernst, De Chirico, Miró, Tanguy, Magritte, Man Ray, Dali, Arp, Klee o
Chagall. La colección de Eluard, según Johan Popelard en el catálogo de la
exposición, se forma entre su actividad como coleccionista y como intermediario
en el mercado del arte (pg. 86). Vendía o compraba según las necesidades de sus
necesidades cotidianas, otras como un retrato de Nusch del 19 de agosto de 1941
lo donó al Musée national d’art moderne, y otros quedaron con él y se
encuentran en el hoy llamado Museé d’Art et d’Histoire Paul Eluard de
Saint-Denis, ciudad donde nació el 14 de diciembre de 1895 Eugène Émile Paul
Grindel, a quien se conoce con el apellido de su abuela materna. En ese museo
hay también donaciones de amigos, cuyos cuadros habían pertenecido al poeta.
Asimismo, entre 1956 y 1968 Picasso donará a este museo cincuenta y seis
dibujos en recuerdo de su amistad con el poeta y Jacqueline Picasso el 14 de
febrero de 1975, donó seis dibujos a tinta china.
Maria
Benz (Nusch), actriz de origen alsaciano, llegó a París a mediados de la década
de 1920 y conoció de forma fortuita a René Char y Paul Eluard, con quien se
casaría en 1934, a quien inspirará una nueva etapa literaria que se inicia con La vie immédiate, La Rose publique y Les Yeux
fertiles. Modelo para Man Ray, Lee Miller y Dora Maar, también para
Picasso, la conexión surrealista es inmediata. En 1935 Eluard le propone a Man
Ray que la fotografíe desnuda para ilustrar su poemario Facile, donde destaca sus imágenes eróticas que se prolongará en Les Mains libres, con textos de Eluard
que acompañan a los dibujos de Man Ray inspirados en ella. En esos momentos
surrealistas la representación del cuerpo era un laboratorio de belleza, según
Guillaume Ingert, en el catálogo (pg. 127). Inspira a Man Ray y a Dora Maar algunos
de los más bellos desnudos de la imaginería moderna, así como una serie de
sutiles retratos a Picasso, que recuerdan su periodo de acróbatas circenses
(Nusch fue acróbata de niña, en el circo de su padre). Su muerte repentina a
los cuarenta años desoló a Paul Eluard, quien le dedicó el desgarrador poemario
Le temps déborde, con fotografías de
Man Ray y Dora Maar.
Siguiendo
el estudio que de Nusch hace Chantal Vieuille, abandonó la escuela muy pronto
para integrarse en la vida teatral-circense de la familia, con un número de
acrobacia que llegó a tener el suficiente éxito para alimentar a la familia
(sobre este punto, véase el artículo anterior, en este blog, sobre Sofonisba
Anguissola y Lavinia Fontana). Desde entonces conservó un cuerpo grácil, estilizado
por la disciplina física y por el hambre.
Nusch
colma la vida de Paul donde se mezclan libremente sensualidad, erotismo y
libertinaje. “En su relación, es Nusch quien goza, y el poeta quien canta el
placer” (43).
Pero
también Nusch se ocupa de Cécile, la hija de Gala y Eluard que habían dejado al
cuidado de la madre de éste. Gala estará siempre en el recuerdo de Paul Eluard,
le escribirá cartas intimísimas, incluso el día antes de su boda con Nusch, y
albergará esperanzas de vivir cerca de ella.
En
el libro de Vieuille se ofrecen algunos detalles del recorrido amoroso de Nusch
y Paul, que hoy pueden llamar a engaño si no nos ponemos en esa situación
histórica. Tanto en la transgresión erótica con un intercambio de parejas
consentido, como en la homosexualidad que Paul Eluard nunca reprimió, como en
el ejercicio de estilo de los desnudos de Nusch que subrayan la maestría de su
realización. “La pareja se inscribe en una dimensión creadora del amor. Gracias
a la pareja, y no sólo gracias al otro, es decir, a la mujer, Eluard accede al
firmamento de la inspiración poética por una parte, y a la libertad por otra.
Eluard, que aspira a ese ideal de libertad para afirmar su existencia de
hombre, sólo lo descubre dentro del marco de la pareja. Eluard no se otorga a
sí mismo la libertad de ser. Le pide a la mujer amada que lo haga libre.” (pg.
67).
Nusch
llegará a colaborar en los “cadáveres exquisitos” entre 1931-32 junto a Paul y
Valentine Hugo, amiga incondicional de Nusch. Fue partícipe en el inicio de la
fotografía europea junto a Man Ray, Dora Maar o Rogi André, modelo de Harper’s
Bazaar, realizó, que se sepa, seis collages con esmero, en manos de
coleccionistas privados. Nusch la mujer más celebrada del movimiento
surrealista, se revela más que musa o amante, creadora, como otras en ese
entorno: Lee Miller, Jacqueline Lamba, Leonor Fini o Giséle Prassinos.
En
palabras de Chantal Vieuille “Nusch le dio su nombre a la poesía de Eluard para
toda la eternidad” (pg. 101) y en la búsqueda de ese instante se encuentra el
poema “Libertad”, un poema que al inicio llevaba el título de “Une seule pensé”
y así fue editado en un par de ocasiones. Siguiendo el original del Museo de
Saint-Denis, (hay otro original sin tachaduras en pg. 185 del catálogo de la
exposición), se aprecia el tachón del título anterior “Une seule pensé”, por el
de “Libertad”, sin que al final aparezca otro del que se deduzca que eliminara
el nombre de Nusch.
Siguiendo
el artículo de Boucheron, de donde sacamos esta información, el propio Eluard
alude a su creación en el verano de 1941, que estaba destinado a la mujer que
amaba, pero sin revelar el nombre. Su nombre, que no lo puso, encarnaba una
aspiración más sublime, más colectiva y universal: la idea de libertad. Por
otra parte, la familia Zervos declara que cuando Nusch y Paul estaban
refugiados en su casa durante la guerra, tras una partida de bridge, en la cual
Paul se da cuenta que Nusch hace lo posible porque él gane, ya que odiaba
perder a las cartas, Paul se enfurece y abandona la reunión. Al día siguiente
aparece con ese poema, si bien los Zervos y Bataille, que también estaba, le
invitan a reemplazar el nombre de Nusch por el de Libertad. El poema (del que
reproducimos las tres últimas estrofas) se convirtió en un poema de combate,
monumento nacional, aprendido por miles de estudiantes, alimentando la memoria
colectiva lejos de las intenciones de su autor. Con todo, hoy podemos asegurar
que el día en que los aviones de la RAF lanzaron, en plena guerra, el poema
sobre el suelo de Francia, nada tan hermoso volvió a llover:
Sur l’absence sans désir
Sur la solitude nue
Sur les marches de la mort
J’écris ton nom
Sur la santé revenue
Sur le risque disparu
Sur l’espoir sans souvenir
J’écris ton nom
Et par le pouvoir d’un mot
Je recommence ma vie
Je suis né pour te connaître
Pour te nommer
Liberté.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
AA.VV.
ABECEDARIO (Picasso Poeta). Barcelona, Fundació Museu Picasso, 2019.
BOUCHERON, Sabine,
« Discours des origines et traces discursives : histoire d'une rature
légendaire. À propos du poème Liberté de Paul Éluard », Langage et
société, 2001/3 (n° 97), pgs. 71-97. URL : https://www.cairn.info/revue-langage-et-societe-2001-3-page-71.htm (Consultado en las fechas de la exposición)
CATÁLOGO
exposición Pablo Picasso. Paul Eluard.
Una amistad sublime. Barcelona, Fundació Museu Picasso, 2019.
ELUARD,
Paul, Capital del dolor. (Capitale de la doleur). Trad. Eduardo
Bustos. Madrid, Visor, 2016 (Gallimard, 1926)
--- Dar a ver (Donner à voir). Madrid, Árdora Ediciones, s.l., 2019 (Gallimard, 1939).
VIEUILLE,
Chantal, Nusch Éluard. Retrato de una musa del surrealismo.
Trad. Isabel González-Gallarza. Barcelona, CIRCE Ediciones, 2012.