Marc
Chagall nace en la localidad bielorrusa de Vitebsk en 1887 y fallece en la
francesa de Saint-Paul de Vence con 97 años trabajando en su taller hasta ese
último día. Su obra
se inspira en la tradición popular judía, tratada con exuberante fantasía y
deslumbrante colorido, a la que se añaden resonancias bíblicas, enriquecidas
por leyendas de la mitología y lírica rural. Asimismo los lubkí o estampas xilográficas de carácter popular con
apariencia naturalista e intenso colorido que atañe también a otras fuentes mitológicas rusas
(Chagall no diferenciaba entre cultura rusa o bielorrusa), como el
colorido de los iconos, su sencilla expresividad, la mística que representa y
que Chagall derivaría en poética.
Aunque
no le gustaba la calificación de poeta-pintor es algo que acaba por aceptar y
terminará rodeado de poetas, teniendo una cercana amistad con Blaise Cendrars y
Apollinaire. Su autobiografía Mi vida
(1931), relato de infancia y juventud, complementada con la de su primera
esposa Bella Burning Lights y First Encounter (h. 1937), refleja un cierto mundo interior inquieto y
fantasioso, que se remata con Poèmes (1975) su obra lírica donde se
recogen sus ansias y sueños. Así sabemos, que de niño conversaba con animales de corral cercanos a
su casa o con los objetos, que representaban para él ciertas cualidades
personales. Podríamos decir que refleja en sus cuadros la intimidad de las
aldeas y familias rusas humildes de las que escribe Gogol y que más tardé él
ilustraría.
Manifiesta
inquietudes artísticas desde la infancia, ya en San Petersburgo estudia con
Léon Bakst quien le pone al día de las corrientes vanguardistas parisinas. Así
en sus primeras obras de 1908-9 podemos ver influencias de Matisse y Gauguin en
sus composiciones con figuras y retratos de donde empieza a surgir su
iconografía personal, casi siempre teñida de un aspecto enigmático. Combina la
corriente vanguardista occidental con el misticismo de la Cábala , radica ahí su foco
creativo, su fuente creadora de imágenes.
En su primera estancia en París se nutre de la vida
cotidiana de Vitebsk que transforma poéticamente, así La boda (1911-12) o El
violinista (1912-13), obras que hubieran podido prologar el movimiento
surrealista en ciernes. Chagall
añade una percepción basada en sueños y leyendas, incrementando la expresividad
del color, dando paso, como dirá André Breton a la metáfora pictórica. En
cada obra de Chagall podemos ver un compendio de las vanguardias históricas en
una sintaxis personal que
combina cubismo, expresionismo y surrealismo, buscando la impronta visual de la
composición. A los
planos superpuestos del cubismo, él responde con planos diáfanos intercalados
de procedencia onírica con diversos niveles psíquicos, logrando una superficie
coloreada de metáforas.
Gran éxito de su obra gráfica desde su inicio prácticamente
y que podemos admirar en esta exposición, plenas de vibrante saturación
cromática con su esplendorosa gama de azules. No era habitual entre la vanguardia histórica
el éxito popular que tuvo, lo que provocó ciertos recelos entre los cubistas y
los constructivistas, reprochándole el aspecto poético y su afición a las ideas
literarias, folklóricas o religiosas. Con el cuadro Dedicado a mi prometida (1911, título puesto por Blaise Cendrars)
se adentra con fuerza en el mundo artístico parisino con su larga concatenación de recuerdos, su
vida en el campo, símbolos y leyendas judías que dan lugar a formas coloreadas
que alcanzan un determinado ritmo dentro del lienzo. Son alusiones
emblemáticas, de ahí la inversión de formas que producen cierta distorsión de
proporciones, imágenes de raíz onírica cargadas de memoria de fértil
imaginería. Misticismo que estaba en consonancia con el expresionismo de Franz
Marc que al igual que Paul Klee (otro poeta-pintor) estaban familiarizados con
el cubismo órfico de los Delaunay.
Entre
1914 y 1922 se encuentra en la
URSS donde fundó una academia de pintura en la que
participarían Lissitzky y Malevich, enfrentándose a este último por cuestiones
ascéticas. En esta época podemos ver su desbordante fantasía en el Teatro Judío
de Moscú que teñirá su obra posterior de un cierto carácter escénico y con
áreas de color más amplias. Llegando al derroche de color en los decorados para
el ballet de Stravinsky El pájaro de
fuego, en Nueva York. Judío y seguidor de la Revolución de Octubre, Chagall
encontrará dificultades con el sistema, en la línea vista en las exposiciones
“rusas” que se han venido celebrando en Madrid. Regresaría a Francia donde
había estado en 1911 con la vanguardia, ahora exiliado, naturalizándose francés.
En 1923
de nuevo en París donde amplía su obra gráfica y descubre el paisaje de la
campiña francesa, en 1924 su estilo ha fraguado entre el público con éxito de
ventas. A sugerencia de Ambroise Vollard, se acerca al mundo del circo con sus
figuras tan cercanas a su mundo de fantasía y tan caras al público francés
(véase lo escrito en estas páginas sobre L’acrobate
à la boule). También
fue Vollard quien le sugirió que ilustrase la Biblia , libro que de tanta presencia en su vida,
él la soñaba, nos dice, logrando un lenguaje que evolucionaría y
llegaría a la gloria en los años sesenta con sus pinturas sobre el Mensaje
Bíblico.
En 1934
visitó España donde vería la obra de El Greco, Velázquez y Goya, y también
visitó Tossa de Mar (que deja reflejado en una fantástica obra, Ida en Tossa, 1935); en el 37 en Italia para ver la obra de los
venecianos y en el 41 marchó a New York donde moriría su esposa Bella. Liberado
París surge la añoranza de la vuelta a Francia que se produciría en 1946,
viviendo en Niza e instalándose en 1950 en Vence, como siguiendo físicamente el
rastro de Matisse, allí en Vence trataría de decorar la capilla del Calvario,
resultando infructuoso las obras serían finalmente destinadas a Niza en
1971-72.
Retoma
su actividad gráfica con Tériade editor heredero de Vollard, en 1952 se casa
con Valentine Brodsky (Vava) y viajan a Grecia para ilustrar la leyenda de Daphnis y Cloe, lo que le servirá para
quedar cautivado del resplandor de la luz griega así como para iniciar un nuevo
periodo existencial con Vava.
Numerosos alfares en los alrededores de Vence, por donde
también merodeaba Picasso;
se dedica a la cerámica donde busca el resalte de color que hacía en pintura.
Desarrollo puesto en práctica, en 1957, con un gran mural de cerámica en el
Baptisterio de Notre-Dame de
Toute Grâce du Plateau d'Assy, una iglesia con impronta románica (que
encajaba muy bien con las piezas cerámica de Chagall) donde también
intervienen, entre otros, Bonnard, Braque, Léger, Matisse, Rouault o Lipchitz.
Otros edificios públicos a señalar serían el vestíbulo del
Teatro de Frankfurt y el techo de la Ópera de París (encargado por André
Malraux, que le facilitaría también realizar su museo de Niza). Experimenta
también con tapices, mosaicos y vidrieras, quizá la superficie que mejor se
amoldaba a su corpus espiritual de ideas y a su ansiedad vibrante de color, su
máxima expresión la alcanza en las realizadas para la sinagoga del Centro
Médico de la
Universidad Hebrea de Hadassah en Jerusalén.
En la
cosmovisión bíblica del judaísmo se establecen cuatro círculos concéntricos en
los que se divide el mundo, ocupado cada uno por un tipo de seres humanos. La Cábala es tradición y transmisión del conocimiento de los
secretos del universo, formando parte los ángeles de esa representación
cabalística siguiendo la visión de Ezequiel. De aquí, quizá, la
tendencia a volar de sus personajes, la suspensión de los objetos, como si
también expresase la predisposición al
viaje del errante pueblo judío. Chagall sobrevoló todas las tendencias como
ángel que mira La Rouche
(La Colmena ) desde
lo alto, ese multitudinario estudio de forma casi circular, octogonal, que
albergaba numerosos artistas, genios en ciernes, donde Chagall tuvo tu taller
al llegar por primera vez a París (Blaise Cendrars nos da una impresión de su
taller en el poema “Atelier” dentro de Dix-neuf
poèmes élastiques de 1919). Lo volátil, lo evanescente se da también en su
obra poética ya referida, y así lo vemos en uno de los poemas que recoge y
traduce Ángeles Caso en el catálogo de la exposición: [Approche, blanc nuage/ Emporte-moi dan les hauteurs/ J’entends en bas
sonner les cloches/ Et des maisons s’élève une fumée] “Acércate, nube
blanca/ llévame a las alturas/ Abajo oigo sonar las campanas/ Y de las casas
asciende el humo”.
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