Como
una reacción al naturalismo impresionista podemos agrupar una serie de
manifestaciones artísticas, pintura, arquitectura, música, cine… en torno al
expresionismo en un ambiente de preguerra propicio para exacerbar, a través del
yo, la realidad colindante con una impronta rapidez plástica, tensión formal e
inquietud. Adaptando recursos del fauvismo o el cubismo, entre otros, dan lugar
a una temática nueva: sentimientos extremos que reflejan el pesimismo del ser
humano, enfatizando el deseo insatisfecho, la soledad y el miedo. En Alemania,
el expresionismo enlaza con la tradición de los primitivos alemanes como
Grünewald, aunque Munch, Strindberg o James Ensor son aclamados en Alemania
como casos de esta emotividad instintiva.
En
1905, en un local del extrarradio de Dresde un grupo de cuatro arquitectos
forman Brücke (Puente) que tenía como objetivo atraer a todos los elementos
revolucionarios y progresistas, de ahí lo de puente que conecte las tendencias
más vanguardistas, si bien esa expresión Brücke
aparece numerosas veces en Nietzsche (Así
habló Zaratustra: “Brücke zum uebermenschen” “Puente hacia el superhombre”),
obra que conocían bien. En 1906 publicaron su programa, un grabado en madera
que es más bien una proclama filosófica, donde manifiestan la búsqueda de un
estilo de vida común y una concepción del arte como expresión directa de la
vida, pudiéndose observar la influencia de la escultura de los primitivos de
África y Oceanía, los antiguos grabados alemanes en madera, Van Gogh y Munch;
posteriormente el colorido fauvista (Vlaminck) de colores violentos producto del
estado emocional desesperanzado que primó en sus obras. Por citar otras
manifestaciones expresionistas: Der Blaue Reiter (El jinete azul), en Munich
con Kandinsky y Franz Marc. Emil Nolde y Oskar Kokoschka con su aplicación
violenta de la pasta de color o la naturaleza vehemente y destructiva de Chaim
Soutine. Teóricos como Theodor Lipps o Wilhelm Worringer y revistas
vanguardistas como Jugend, Pan, La
Revue Blanche. Fue
con la llegada de los nazis en 1933 cuando se disolvió y dispersó esta forma de
pintar expresionista, recuperándose a partir del final de la Segunda Guerra
Mundial.
En Kirchner asombra el número y la calidad de su
producción alcanzado en unos treinta años, donde predomina su carácter
experimental. Su proyecto de fin de carrera fue un cementerio y aunque no se
dedicó a la arquitectura por entero, sus estudios le sirvieron para ofrecer
intrépidas perspectivas y secciones de edificios (Estación de Königstein, 1916) o también interiores de atrevida
angulosidad formal (Cocina alpina,
1918). Kirchner veía en el grabado una técnica donde consumaba la expresión del
dibujo iniciado en el cuaderno de apuntes, ampliando sus rasgos expresivos en
los retratos y la tensión en los paisajes. Él mismo imprimía las estampas que
tenían una serie corta (no más de diez) o bien manipulaba individualmente cada
impresión siendo ejemplares únicos, pues presentaban cada una alguna
modificación.
A
través de sus cartas sabemos que con una forma simple y un color nítido quería
transmitir sentimientos, más que la imitación de la naturaleza. Con la
escultura cumple sus ansias de expresar la de espacialidad, fundamentalmente
trabaja la madera y podemos ver en la exposición unas obras consecuencia de su
afán de relación de las diferentes técnicas, así del apunte en su cuaderno
pasamos a la acuarela Pareja de acróbatas
(c. 1932), al óleo Pareja de acróbatas (escultura),
1932-33 y a la escultura en madera de cembro
Pareja de acróbatas, 1932. Arte
integrador y correlación estilística que va desde el ímpetu del cuaderno de
notas al dibujo, de aquí a la madera del grabado o la escultura y quizá al
textil o a la pintura donde también preparaba la imprimación del lienzo y
diseñaba los marcos. La fotografía también le sirvió para llevar al óleo
algunas piezas (Amazona, 1931-32), o
como inicio de otras obras, asimismo como documento para relacionarse con
galeristas e inclusión en catálogos de exposiciones.
El
carácter inquieto y experimental de Kirchner, le lleva a estar siempre al tanto
de las innovaciones artísticas de la época, así entre 1905-8 observamos una pincelada
espontánea, rápida y pastosa, alternando colores primarios y fuertes líneas de
contorno y superficies de color homogéneas. En 1911 se traslada a Berlín donde
la agitada vida urbana se mezcla con los años de preguerra que Kirchner refleja
en pinturas de perspectivas distorsionadas, mezclado ahora con blanco una
variedad corta de dos o tres colores en capa fina y nerviosa pincelada. En los
veranos descansa en el campo y lo refleja en sus desnudos en la naturaleza,
aunque entre 1915-18 se produce su gran crisis vital con internamientos en
sanatorios alemanes y suizos. Residiendo finalmente en Davos y fascinado por la
naturaleza y el trabajo en el campo, realizará cuadros intensos sin caer en el
sentimentalismo: Vida alpina
(1917-1919). Posteriormente serena la
pincelada y superpone colores, llegando
a lo que se denomina técnica de tapiz: El
valle del Sertig en otoño (1925-26), Las
tres viejas (1925-26) y Puente cerca
de Wiesen (1926). Asimismo colabora con artistas del grupo Rot-Blau como
Albert Müller, Hermann Scherer y Paul Camenisch que le visitaron en Davos (Albert Müller en pareja, 1926-26).
En 1924
se gesta su último “nuevo estilo” con superficies homogéneas de color intenso y
diferentes puntos de vista con tendencia a la abstracción. Este último periodo
hasta su muerte es el más controvertido entre los especialistas para lograr una
conclusión o definición estilística, quizá porque también el propio artista se
está debatiendo con la actualidad artística que le rodea sobre la singularidad
de su propio estilo, alejándose de su pasado expresionista, de la abstracción y
del surrealismo. En sus diarios, que escribe en tercera persona, se puede leer:
“(marzo-abril, 1925): Para él, el azul ya no es frío, ni el rojo cálido; para
él, hay un azul cálido tanto como un rojo frío, dependiendo de la armonía
cromática que envuelva a ese rojo o a ese azul.” Y más adelante al referirse a la teoría del color de Vilhelm
Ostwald: “(15 abril 1927) Está superada hace mucho, porque yo trabajo mucho más
con disonancia que con armonía para excitar el ojo y generar determinados
matices cromáticos que se desarrollan a partir del tema” (Todas las citas de
los diarios y cartas provienen del catálogo de la exposición).
Hacia
1930 grandes composiciones reflejan su admiración por la pintura mural, de
intenso cromatismo y con formas ameboides de luminosos magenta, violeta o
naranja, a modo de “sombras de aire” que rodean las figuras: Gran pareja de enamorados (matrimonio
Hembus), 1930. A
medida que acrecienta el tamaño de sus lienzos va aumentando la abstracción de
sus composiciones en audaces escenas en movimiento con auras vibrantes y
entrelazadas de colores atrevidos: Tres
desnudos en el bosque (1933), Trotón
con tiro (1930) o Desnudo en naranja y amarillo (1929-30).
Sea
como fuere la denominación, se trata de un estilo inscrito dentro de su
contemporaneidad y con un avance de evoluciones artísticas inmediatas al final
de la atroz guerra que se aproximaba. En 1937 los nazis confiscan su obra
denostada como “arte degenerado” retirando de los museos seiscientas treinta y
nueve obras suyas y además es expulsado de la Academia Prusiana
de las Artes. Agobiado, destruyó algunas obras y el 15 de junio de 1938 se
suicidó, enterrado en el cementerio del bosque de Davos en el mismo paisaje que
había inspirado sus obras. Louis de Marsalle heterónimo que usa para facilitar
la crítica de sus trabajos nos dice: “Los dibujos de Kirchner son tal vez lo
más puro, lo más hermoso de su trabajo. […] Como esas imágenes están creadas
con sangre y nervio, y no con el entendimiento, que todo lo sopesa fríamente,
hablan de manera directa y sugerente. […] Puede sentirse con todo sosiego una pugna
ardiente y pasional por las cosas.”
4 comentarios:
Esta mañana estuve en la exposición de Kirchner en Mapfre. Todavía me bailan en la retina y algo más dentro todo ese despliegue de alboroto cromático, figuras llenas de vida, escenarios apetecibles, y también..... ese desasosiego íntimo, esa multiplicidad de yoes que pugnan por convivir en un sólo yo, ese ir más allá y en contra de lo establecido.... Una generosidad derrochadora que me deja en suspenso y con la avidez de quien quiere más.
Vuelvo sobre sus pasos esta tarde y navegando me encuentro con este artículo.
Gracias.
Rita.
Gracias Rita. La exposición que hemos visto es una pequeñísima parte de la producción de Kirchner. Es una pena que su obra no esté más divulgada, así como los estudios y tesis que hay sobre él.
Saludos.
En cualquier caso debo agradacerle a Kirchner, además de hacerme disfrutar de su arte, el haberme guiado hasta tu blog y al que poco a poco voy desgranando.
Me gusta lo que leo.
Saludos,
Rita.
De nuevo, gracias.
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