domingo, 6 de noviembre de 2022

La mujer y los sueños en el romancero



Susana Diez de la Cortina Montemayor, flamante doctora en Filología Hispánica, profesora, poeta e investigadora me pidió una tarde entre vinos que le presentara su libro en la Casa de Aragón de Madrid, La mujer y los sueños en el romancero, un ensayo minucioso cuyo título nos abre expectativas que colma y que en la portada nos trae un cuadro de Evelyn de Morgan, In Memoriam.

Como Susana les hablará de literatura y de poesía, a mi se ocurrió hablar de poesía enlazándolo con la pintura como tanto se ha hecho desde que Horacio inició el topos del ut pictura poesís, así en la pintura como en la poesía, se puede decir. Y como se ha hablado de muchos pintores poetas, toca ahora hablar de pintoras que también fueron poetas, entre ellas Evelyn de Morgan o Evelyn Pickering de soltera.

Antes de abordar la poesía unos breves apuntes sobre la pintura victoriana y fin de siglo, que es la que se desarrolla durante el  dilatado reinado de la reina Victoria (1837-1901), bajo el cual se construye geográfica e ideológicamente el imperio británico. Una situación social y política relativamente calmada le permitió ser el país más desarrollado industrialmente pero también el primero en sufrir las consecuencias negativas. El rechazo a la máquina fue encabezado por el gran teórico John Ruskin y William Morris en el campo de las artes aplicadas y en pintura los prerrafaelistas, que se sentían todos atraídos por la Edad Media, a partir de la cual desarrollaron sus formas artísticas hacia el fin de siglo.

En 1848 año del Manifiesto Comunista publicado en Londres, una serie de pintores decide agruparse en un movimiento secreto y firman sus cuadros con las iniciales en inglés PRB Hermandad de los Prerrafaelitas, un nombre que obedece a su deseo de volver a la pintura luminosa del primer Renacimiento (Fra Angelico, Botticelli…) y acabar con la influencia de Rafael. Inicialmente la formaron William Holman Hunt (1827-1882), Dante Gabriel Rossetti (1828-1882) y John Everett Millais (1829-1896) y duró como tal tres años pero llegó a influir en la pintura británica de la segunda mitad del siglo XIX.

Mantienen una composición y encuadre convencionales, convirtiendo el cuadro en un complicado mundo de símbolos con cuya moralidad justifican su existencia, preconizando rasgos del Simbolismo de fin de siglo que acabó absorbiéndolos. Guiados por el Ensayo sobre el Prerrafaelismo que Ruskin escribió en 1851, entendieron la realidad como un concepto intrínsecamente unido a la verosimilitud. Así la pintura de Historia o de la Biblia tenían que ajustarse a una representación plausible de los hechos.

Los prerrafaelistas adoptaron el ideal medievalista, atizado en el continente por los nazarenos alemanes casi medio siglo antes. Los nazarenos, como los prerrafaelitas, constituían una hermandad artística contraria al academicismo, cuya aspiración era rejuvenecer el arte religioso inspirándose en el espíritu artístico, la técnica y el simbolismo de la pintura de los primitivos italianos y del Norte de Europa. Los objetivos: estudiar la naturaleza, huir de lo convencional y lo aprendido de memoria.

Hunt descubrió la obra de John Ruskin Modern Painters (1843) donde reivindicaba a los pintores modernos, especialmente a J.M.W. Turner (1775-1851), que también acompañaba sus pinturas con poemas o escribía versos sobre las mismas acuarelas. Ruskin exhortaba a los artistas a dirigirse a la naturaleza directamente, así, en los primeros tiempos de la Hermandad, los prerrafaelitas se centraron en temas procedentes de la literatura inglesa, en especial en las obras de Shakespeare, John Keats y Alfred Tennyson. Empleaban fuertes colores locales, una composición poco convencional y la utilización del claroscuro. Fueron acogidas inicialmente con duras críticas debidas a las anomalías anatómicas de sus figuras y a la falta de perspectiva.

Unas breves notas sobre Dante Gabriel Rossetti: segundo hijo de un poeta napolitano carbonario exiliado en el Reino Unido, heredó, junto a sus hermanos William Michael y Cristina, la pasión lírica paterna y en su caso la dedicación a la pintura. Aunque el rasgo más decisivamente dominante de Dante Gabriel Rossetti fue la forma más extremada de la pasión, que volcó tanto en el arte como en la vida. Sin recursos económicos, rebelde por naturaleza y, dentro de lo que cabe, bastante autodidacta, Rossetti amó sin medida sobre todo a sus dos genuinas musas. La primera Elizabeht Siddal, con la que se casó en 1860 tras diez años de intensísima relación erótica y que fatalmente murió dos años tras los esponsales al ingerir una dosis excesiva de láudano, lo cual culpabilizó de tal manera al artista que introdujo en el ataúd de la difunta toda su producción poética manuscrita, para cuya recuperación se vio obligado, años después, a una macabra excavación de la tumba. Luego se hizo adicto al cloral y al alcohol y se enamoró perdidamente de Jane, la mujer de su amigo y colega William Morris, con la que se fugó en 1874. Trató de suicidarse con láudano y murió destrozado con 54 años en 1882. Al margen de esto la producción de Rossetti, reunida en sendos libros, La casa de la vida y Baladas y sonetos, es un de las mejores de la lírica inglesa del XIX, aunque su obra pictórica no le va a la zaga, no solo por su representación de un ideal femenino muy reproducido, también por una originalísima técnica pictórica que le distinguió del resto.

Evelyn De Morgan, como se la conoce más, nació en 1855 en el seno de una familia londinense de clase media bien conectada, su padre fue abogado o procurador de la reina, con una larga historia que incluye al poeta John Dryden y con muchos altibajos en la fortuna. Su hermana Wilhelmina Pickering (más tarde Stirling) describe el entorno familiar como una casa gobernada por su madre, una mujer inteligente y fuerte que las inculcó el amor por las actividades intelectuales y la sed de conocimiento, una mujer de intelecto excepcional, escribiendo libros para ellos, y, habiendo tenido ella misma una educación restringida, se aseguró de que sus hijas fueran educadas junto con sus hermanos. Como resultado, Evelyn De Morgan aprendió griego y latín, además de francés, alemán e italiano; estudió literatura clásica y se volvió profundamente versada en mitología.

Independiente y decidida, De Morgan asistió a la Escuela Nacional de Capacitación Artística de South Kensington a los 17 años y rápidamente pasó a la Escuela de Arte Slade, donde obtuvo una beca y numerosos premios. Vendió su primera pintura en 1875, con veinte años y finalmente pudo mudarse a su propio estudio en Chelsea, en la época en que conoció a su esposo, el ceramista y escritor Willian De Morgan.

Durante los cuarenta años de carrera de De Morgan como artista profesional, creó al menos 102 pinturas al óleo, miles de bocetos y estudios, y obras esculpidas en yeso y bronce. La belleza clásica era una prioridad para ella, las características distintivas comunes en su obra es su manejo experto de la forma humana y el uso preciso del color, quizá basándose en su propio aprendizaje en el Museo de los Uffizi de Florencia y en la National Gallery de Londres donde admiró a los Viejos Maestros como Verrocchio y Bottichelli que utilizaron unos colores brillantes y audaces. De Morgan disfrutó del éxito como artista, exhibiendo y vendiendo pinturas desde su primera exposición en 1876, atrayendo patrocinadores ricos e influyentes a lo largo de su vida.

Podemos decir que la poesía la acompañó siempre, desde joven escribiendo poemas y más tarde acompañando sus cuadros. Su escritura juvenil aunque a veces pueda ser inmadura, poco sofisticada y paródica, puede ser una forma constructiva de comenzar a explorar el desarrollo de ideas, temas y preocupaciones que aparecen posteriormente en el trabajo de la poeta, enfatizando conceptos que resurgen a lo largo de su vida.

El archivo de escritos juveniles en poder de la Fundación De Morgan incluye poemas, junto con cuentos de hadas, obras de teatro y narraciones históricas que eran claramente ejercicios escolares. Si bien los poemas son más indicativos del desarrollo de la creatividad que encontró su máxima expresión en la pintura, las narraciones, fuertemente influenciadas tanto por los cuentos de hadas como por el gótico, demuestran el fuerte sentido de lo dramático y patético, junto con una facilidad para las descripciones de la naturaleza.

Son los poemas los que exponen más claramente los mundos imaginativos de la joven Evelyn De Morgan y proporcionan una idea de sus obras artísticas posteriores. Sus creaciones tienden a estar impregnadas de una atmósfera de fatalidad absoluta. Evelyn era una niña alegre, pero con la perversidad de un temperamento imaginativo, todo lo que era la antítesis de un destino solaz, le atraía más profundamente. Según hemos visto en Dante Gabriel Rossetti, hay una tendencia a escribir sobre la muerte, lo que la alinea con muchos autores de obras melodramáticas en el estilo gótico, cuyos gustos e imaginación los llevaron a pasar de lo trivial a lo sublime y al exceso. Exhibe una gran habilidad de fraseología, de descripción vívida, de observación cercana y apreciación de la belleza en el mundo que la rodea junto con un fondo de tristeza mezclado con una atracción por lo horripilante de la vida, casi morboso en su intensidad. El lenguaje y el vocabulario son seguros y complejos incluso a una edad temprana, lo que rinde homenaje a la educación que recibieron de niños.

Los temas aparentemente lúgubres no son, de hecho, nada inusuales para los niños de la época. La etapa juvenil de las hermanas Brontë, Christina Rossetti, Elizabeth Barrett Browning, Tennyson, Oscar Wilde y Felicia Hemans, entre muchos otros, apunta a la escritura de poemas en la infancia con un tono melodramático, fuertemente religioso y melancólico. El mundo conocido del niño puede ser pequeño, pero el potencial de los horrores de la imaginación es exponencialmente mayor.

Por ejemplo, Elizabeth Barrett estaba escribiendo algunos años antes que De Morgan, su enfoque lingüístico con palabras contraídas y estructura de oración invertida, imitando a los poetas que había leído y los enfoques gramaticales que le habían enseñado, tiene fuertes similitudes con poemas de Evelyn De Morgan. A la edad de 14 años, Christina Rossetti escribía versos elegantes, a menudo con un fuerte sabor religioso y una fina capa de cansancio adolescente por el mundo. Las Brontë son conocidas por su prosa juvenil, obras de notable sofisticación y complejidad, y dado que Charlotte daba clases a la edad de dieciséis años, su trabajo tal vez maduró antes y también con catorce años escribió algunos poemas en los que remedaba la poesía de Thomas Gray.

Es muy probable que, para todos los poetas juveniles, la lectura infantil forme su escritura, incluida la estructura de las oraciones, el tono y el contenido. Históricamente el miedo presente en los libros para niños a menudo tenía una razón moral, la literatura infantil se basó en las condiciones e imperativos del mundo de los adultos y se consideró ante todo como una herramienta para formar a los jóvenes de acuerdo con las necesidades de ese mundo. Sin embargo, un elemento particularmente notorio es la exhortación a cuidar el mundo natural; repetidamente, se describen las bellezas de la naturaleza y se usan para ilustrar lecciones para el niño sobre el mundo de Dios, el trabajo duro y la bondad.

Los poemas de Evelyn De Morgan están en su mayoría sin fechar, aunque el cuaderno donde se encuentran está fechado entre 1869 y 1870, cuando De Morgan tenía entre 13 y 15 años. Sin embargo, algunos poemas parecen haber sido copiados de obras anteriores, mientras que otros se agregaron más tarde, por lo que no se puede dar una fecha definitiva a la mayoría de ellos. Hay una clara diferencia en la madurez evidente en el lenguaje y el contenido, así como la ortografía de algunos poemas, pero en general el enfoque es sorprendentemente consistente, con un gusto por el melodrama y la melancolía combinado con un amplio conocimiento de la mitología. Muchos de sus poemas indican un compromiso precoz con la poesía contemporánea y las ideas que contiene, y también indican un interés en la forma, con poemas en coplas que riman, estrofas largas, cuartetas y otros recursos poéticos, como el uso de metáforas y estrategias prosódicas como la aliteración, el ritmo y la rima interna.

En términos generales, los poemas tienden a usar la descripción del mundo natural, exploran la muerte o la mitología, o a menudo ambas, frecuentemente en formas que sugieren baladas y, es muy posible que esté familiarizada no solo con las baladas contemporáneas, sino también con las recopiladas y publicadas por Sir Walter Scott en Minstrelsy of the Scottish Border: Consisting of Historical and Romantic Ballads (1830) y Tales of Terror and Wonder (1799-1801) de Matthew Lewis.

Los poemas parecen ofrecer un enfoque moralizador que se ajusta a otros poemas contemporáneos, podrían descartarse como rimas infantiles convencionales y contienen giros e influencias que siguen siendo significativas a lo largo de la obra de De Morgan. La inutilidad de la vida en la tierra sin la esperanza de un destino celestial, y una búsqueda de significado que puede resultar infructuosa para el alma no iluminada, que vemos en muchos poemas, son conceptos que finalmente se resuelven en el espiritismo y la espiritualidad de De Morgan. Evelyn De Morgan ya de adulta, ideó un sistema iconográfico que se basaba en imágenes luministas bíblicas tradicionales y estaba destinado a describir la lucha moral del hombre entre el bien y el mal, la verdad y el error.

Muchas de sus pinturas están inspiradas en fuentes clásicas como Ovidio y las tragedias griegas, por lo que no sorprende que Evelyn De Morgan comenzara con un compromiso tan cercano y creativo con la poesía. No se sabe si continuó escribiendo poesía como una actividad regular, aunque parece que la pintura reemplazó a la poesía como su salida creativa, hay algunos poemas que produjo más adelante para acompañar pinturas, ya que para ella, como para los prerrafaelitas con los que estuvo asociada, la poesía y la pintura iban de la mano.

Hemos elegido leer este poema de Evelyn por su relación a los sueños de los que habla el libro de Susana Diez de la Cortina, la traducción es nuestra:

 

Oh! Why let dreams deceive thee,

Why think of nought but bliss,

The world is made for sorrow,

And rare is happiness.

 

Shroud not futurity in gold,

Dwell not on joys that die

Thy castles will the whirlwind raze

Till on the ground they lie.

 

Hope not to find all pleasure

Dream not that all is bright

For soon thy happy visions,

Will fade before thy sight

 

Think not the future is joy

For there woe dwells with sorrow

Be gay till grief o’ertakes thee

And think not for the morrow.

 

Por qué dejar que los sueños te engañen,

Para qué pensar más en la dicha,

El mundo está hecho para nuestro penar

Y qué rara es la felicidad.

 

No envuelvas el futuro en oro,

No mores en alegrías que mueran

Tus castillos arrasará el torbellino

Hasta que en el suelo yazcan.

 

Espero no encontrar todo el placer,

No sueñes con que todo brilla

Pronto tus felices visiones

Se desvanecerán ante tu vista

 

No pienses que el futuro es alegría,

Allí la aflicción tiene su morada

Sé dichoso hasta que el dolor te atrape

Y no pienses en el mañana.


El cuadro de la portada del libro de Susana Diez de la Cortina In Memoriam (De Morgan Collection) una figura femenina solitaria está sentada en una postura lúgubre en un banco de piedra que recuerda a un monumento funerario. En su mano, sostiene una corona de flores, presumiblemente destinadas al difunto. La pintura no tiene fecha, pero se cree que se completó alrededor de 1900 y era un reflejo de las opiniones de Evelyn sobre la inutilidad de la guerra. El sentimiento en la pintura es de pérdida y recuerdo inconsolables más que de orgullo por las hazañas de un guerrero heroico. Sin embargo, el sol naciente en el fondo de la pintura es también una expresión de esperanza y un reflejo de la creencia de Evelyn en el más allá y la renovación.

Entre 1894 y 1900 ella escribe versos para sus pinturas o bien acompaña sus pinturas de versos de Alice McDonald Fleming. No tengo constancia de que el cuadro que vemos en la portada del libro de Susana se acompañara de algún poema. No obstante recogemos éste que acompañaba a The Undiscovered Country de 1894 y cuya traducción también aportamos:

 

Out of the Darkness of night,

Out of the pain and the cold,

Speeds the soul on her lonesome way,

Till, blinded by dazzling light,

Undreamed of splendours unfold

The land of undying day.

 

Fuera de la oscuridad de la noche,

Fuera del dolor y el frío,

Acelera el alma su camino en soledad,

Hasta que, cegada por una luz fascinante,

Despliegue en esplendores repentinos

La tierra de la eternidad.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Sobre la pintura victoriana he rescatado apuntes de clase y artículos de prensa de mi profesor y director de tesis Francisco Calvo Serraller (q.e.p.d.).  

Sobre Evelyn de Morgan y el cuadro citado véase la página web https://www.demorgan.org.uk/

Y fundamentalmente: TROWBRIDGE, Serena, The Poems of Evelyn Pickering De Morgan. Brighton, Victorian Secrets edition, 2022, de donde hemos extraído la información más minuciosa, así como sus poemas, los cuales hemos traducido pidiendo las indulgencias necesarias.