lunes, 19 de mayo de 2008


Truena tu voz
ante el silencio o el espanto
haciendo de la invisible herida,
sangre de todos.
Amalgamas los brazos
a inquietos mástiles de banderas
teñidas de sueños,
convirtiendo un clamor inefable
en aguerrido canto de consuelo.
Descubriste atajos en los caminos
para esquivar la prisa,
sentando tu palabra
entre bronce de leones.
Nunca rieron éstos más
al oír rugir al maestro aragonés
estoicas lecciones resumidas
a quienes imponían la ira antes que convencer.

1 comentario:

Por la rosa, el péndulo y la lira dijo...

Hola! a veces este medio puede ser un poco lento, gracias por continuar con las letras del juego letal.. te ofresco un correo

tulipan_xxp@hotmail.com

o directo del clarisa.camargo@gmail.com