domingo, 6 de enero de 2008

Extremas soledades
impacientes
ante una irreversible soledad
que las engullera.

Soledades de los días
hechas a sí mismas
con el ufano disfraz del
soliloquio.

Agotan la complicidad fértil
del diálogo
impidiendo transformar
aquella triste locuacidad devoradora
en imaginativa febril somnolencia.

No hay comentarios: