jueves, 24 de enero de 2008

RAÍZ Y BROTE

La gente espera...
en la cola de los autobuses, o
dentro de ese estruendoso metro
la gente espera.
Esperan...
aunque del asfalto sólo asome la tardanza
e inquietud, de la raíz de la tierra.

Esperan, la llegada del vagón,
por esperar, acaso,
un brote que surgiera
en la fijada ruta
donde alzamos el cierre
y abre nuestro personal
bazar de compraventa.

Apenas despiertos
en suerte nos toca
cambiar raíz y brote
y no vemos ya despuntar el día
sino el cúmulo de horas
que en lastre de arpillera
agazapa cualquier posible sueño.

La gente espera
el amparo de los sueños
que altere sus onerosos cuerpos
en ágil desliz por raíles o brea.
Pero sujeta cada vez más su esperanza
al intervalo de espera en la estación
depositando en ella todo el desasosiego...

Y el afán de los sueños se limita
a caer rendido ante la almohada de la noche
y la ilusión, sometida a un porcentaje.
Aún así hay un mínimo silencio
inmediato al decreto de bullicio
donde la conciencia del habla no es evidente
y la mirada, intacta ante la luz,
aguardan, ambas, del amanecer
un prodigio, revelador del día.

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