martes, 17 de febrero de 2009

El Grito de la Sirena 2.0

El Grito de la Sirena 2.0 (http://www.youtube.com/watch?v=3O9jaBtz8Ko) es el título de la nueva edición del cortometraje del mismo título de 1990, añadiendo 2.0 en esta revisión para diferenciar el título de la época analógica del milenio pasado de ésta, tan insistente en lo digital, que ya se ha convertido en táctil.

En su versión original de celuloide 35 mm., la pantalla grande del cine aguantaba el ritmo lento de las panorámicas que trataban de aunar la técnica con la moral según nos advirtiera Godard. La velocidad digital impone otro ritmo y en la banda ancha no caben dilaciones, el tiempo dura lo que marca el cronómetro y el plano es la superficie de la pantalla, no busquéis más allá, que diría Warhol. Hay que adaptar el relato al medio en el cual se ve y el corto en su versión anterior no aguantaba el ritmo que impone el formato del móvil o el de You Tube. Aunque, sin ánimo de comparar, tampoco creo que resistirían estos formatos algunos grandes clásicos del cine.

También sé que en estos medios digitales, parafraseando el título de Paul de Man, la resistencia a la teoría es grande y hay que ser concisos. Esta reducción del formato sería semejante a la que ofrece la pintura en la contemplación de los grandes cuadros de historia a los pequeños interiores holandeses del XVII. Un propósito de la pintura es mostrar cómo la situación revela el carácter (ethos) haciendo coincidir el mythos (relato) con el télos (fin). Tratar de concentrar el desarrollo dramático en un punto álgido que condense y que permita cierta invención: El momento pregnante de carácter lessingniano donde mejor se permita proyectar la acción hacia delante o detrás en el tiempo, pudiendo recrear lo que ha sucedido o sucederá. Un ejemplo rápido lo tenemos en el neoclasicismo de J.J. David. O por poner un ejemplo más cercano: No contemplamos igual los grandes lienzos de Sorolla de la Hispanic Society que sus reducidos formatos ejecutados al borde del borde del mar. Hay dos intensidades emocionales diferentes. Dos tempos.

En consecuencia, el tiempo se inmiscuye en el espacio pictórico (Benard Lamblin, Peinture et Temps), cuanto más hemos reducido formato más necesario ha sido aumentar esos momentos cumbre de acción dramática. Omnívora intensidad que nos hace concentrar la acción, y a veces exagerarla para retener la percepción o llamar la atención de la mirada.

Así en esta edición del cortometraje hemos reducido su duración a la mitad, concentrando el ansia de los gritos de esta sirena varada y aprovechando los encadenados para que la diégesis sea más fluida. Hemos etalonado los planos dando una mayor saturación a los colores y se ha vuelto a editar la música añadiendo algunos armónicos disonantes que añaden una cierta tensión final, acorde quizá con esa panorámica final que apunta al cielo estrellado de incógnitas.

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