jueves, 16 de abril de 2009

ARTAUD - NEW YORK

Desde los años ochenta del siglo XX, la fotografía se ha convertido en uno de los elementos más característicos de la creación contemporánea, con una nueva actitud por parte de los artistas, de los galeristas y museos. Esto ha hecho una mayor apreciación, fundamentalmente al alza en los precios en las subastas, así como en las exposiciones que se celebran.

La fotografía en EE UU, en los inicios del siglo XX fue muy relevante, principalmente alrededor de Alfred Stieglitz y su galería “291” conocida así hacia 1908 cuando amplió su ámbito abarcando la vanguardia europea, poniendo los fundamentos para congregar un verdadero modernismo americano, incluso antes del Armory Show, derogando el carácter pictoricista y llevando poco después (Camera Work) a la fotografía temas urbanos (Walker Evans, Dorothea Lange) y otros trabajos de naturaleza abstracta (Man Ray).

La fotografía es al instante lo que la pintura al recuerdo y en esa sucesión de fotografías sobre un mismo tema creamos microrrelatos que pasan fácilmente de las gárgolas de Margaret Bourke-White al Harlem de Vivian Cherry, generando en esa sucesión, una cierta secuencialidad, como si de fotogramas se trataran, cercana al cine, en una manifestación del recuerdo que, evocando a Valèry, el estímulo del ojo en su momento no pudo organizar. Las esperas en la fila lo atestiguan, sorprende gratamente ver la aglomeración para ver ésta exposición que nos referimos Retratos de Nueva York, Fotografías del MOMA, en tanto que la de Antonin Artaud, en comparación, permanece, quizá como su carácter, un tanto desolada.
Artaud, personaje singular, lo que ya es decir entre las personalidades que desarrollan las artes en la primera mitad del siglo XX, fue escritor, dramaturgo, actor, guionista, poeta y ex-surrealista ingrato a Breton, es decir un exceso y ejemplo de paroxismo artístico, que, relacionando lo escrito más arriba, escribiría: “Es el ojo quien finalmente recompone y subraya el residuo de todos los movimientos” (El cine, Madrid, Alianza ed. 1973). En esta exposición podemos apreciar sus intervenciones en películas, las influencias en este terreno y su guión llevado al cine, La concha y el reverendo (La coquille et le clergyman, Germaine Dulac, 1928), además podemos ver sus dibujos. ¿He dicho dibujos? “Mis dibujos no son dibujos sino documentos, hace falta mirarlos y comprender lo que hay dentro...” (Mes dessins ne sont pas des dessins mais de documents, il faut les regarder et comprendre ce qu’il y a dedans … Catálogo de la exposición Antonin Artaud. Works on paper. Nueva York, The Museum of Modern Art, 1996). Aunque para saber más de estas cuestiones, les sugiero que echen un vistazo al catálogo de la exposición donde, entre otros, escribe el profesor Ángel González y sabrán del paroxismo y la excelencia estética.

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